Desfogue de adolescente

- ... Es que me gustas mucho.

- ... Oh, perdóname pero no eres mi tipo.

Por alguna extraña razón recordé ese momento adolescente que me marcó y creó en mí un profundo problema con mis relaciones amorosas futuras.

Recuerdo que después de ese rechazo del chico que me gustó durante toda la escuela secundaria, lloré mares y cometí el más tortuoso de los crímenes: compararme.

Me planté frente a un espejo y observé todos mis ángulos, juzgando a detalle mis líneas, rostro, cuerpo, me humillé de una forma terrible.

Crecí y ese miedo al rechazo se incrementó, sí es verdad que tuve un primer enamorado y luego un segundo, ambas veces ellos dieron el primer paso. Yo era sumisa, silenciosa, pausada.

Ahora a puertas de mis 30's, analizo cada situación y llegó a la conclusión que el problema inició en esa época adolescente, donde me sentí menos que nadie porque fui rechazada.

Aún me quedan secuelas de ello, odio mi cabello, forma de nariz, mis caderas con trasero nada protuberante y cintura semi recta. 

Luego reacciono, me observo, me abrazo y consuelo mientras admiro mi cabello largo y ondulado, mi nariz griega con puntita semi respingada, mis caderas algo redondas con trasero pequeño y unidas a una cintura semi recta que da forma a mi contextura atlética. Soy yo, simplemente yo.

A esa niña de 15 años le diría que no se sienta triste, que ame su cuerpo y en vez de juzgarse ante ese espejo, admire sus formas tan humanas y perfectas.

Sí, es cierto que Aldine a veces dude de su propio potencial y llore en silencio, pero luego reacciona y avanza a paso firme sin detenerse. Porque sabe que en algún lugar del mundo estará ese compañero que le dará la mano para seguir creciendo.

Cuestión de tiempo Ali, todo a su época.

- Ali