Soy

Andábamos perdidos y nos volvemos a encontrar, esa es la ley de la vida, cada uno es dueño de su propio destino sin saber cuándo te hará una jugada e intentarás huir de lo inevitable: creer en una nueva ilusión. Se preguntarán queridos lectores a qué, o quién, me refiero; pues, se trata de un joven que me robó muchas sonrisas en un breve y dulce instante. No puedo decir que esté enamorada otra vez, soy realista, pero volver a sentir orugas que podrían volverse mariposas en un tiempo prudente – pese a mi fobia a tales insectos voladores – hace reafirmar mi decisión de mantenerme en esta primavera eterna. He subido a un columpio que no para de mecerme con suavidad, un arrullo corporal evoca el recuerdo de sus ojos llenos de tantas cosas extrañas y magníficas, esas rarezas que encuentras solo una vez en tu vida. Solo se vive una vez Ali, eso está de más decir.
Soy la que soy y nunca volvió a ser, la que se congeló y decidió vivir huyendo del amor, la que hirió a muerte a muchos y pagó con creces cada pecado cometido; ahora todo es diferente, el sol sigue brillando en mi ventana y un hermoso arco iris fue invocado con mis poderes mágicos, mis manos hicieron el conjuro de la perfección, el último polvo de estrellas blancas fue regado en mi pasto y él estuvo ahí, presente, con una sonrisa que paralizaba al atardecer y una inteligencia cautivadora que reavivó mi corazón curando cualquier temor o ansiedad.
¿Quién es él? Simple, él es él. Nadie más que él y su peligrosa manera de salir corriendo, como un cordero tras un cazador. No temas pequeño ser, no intento hacerte daño, solo es una breve confesión al aire que nos pertenece y mueve el tiempo de manera drástica; somos dos elementos idénticos y a la vez diferentes, tu amas el verano, yo el invierno, tu ladras como perro, yo maúllo como gato, duermes hasta tarde, yo despierto al alba, tu amas los libros, yo adoro sentarme y leerlos una y otra vez, adoras el arte, yo amo practicarlo a diario, crees en el poder de la energía, yo remuevo la energía y la convierto en un tesoro. Y así, una larga lista de cosas infinitas cargadas de sinceridad o locura, como dirían mis amigos. Soy yo, no tengas miedo. Solo son palabras que no puedo decir frente a frente porque prefiero escribir, mover mis dedos y plasmar mis extrañas formas de demostrar sentimientos en una hoja, haciendo lo que más amo en este mundo, y otros: arte.
Sigo sentada en la ventana, viendo como los días pasan y oyendo el canto del mismo pajarillo azul en el árbol que planté para darme sombra al mediodía. El invierno acabó, el campo es más verde de lo que parece, mis pies tocan el piso húmedo y fresco, mi sonrisa está ahí, solo faltarías tu visitando mi luna, este pequeño hogar que tiene un gran secreto por descubrir, ¿cuál es? Averígualo.


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