Lilith

Cada latido me indica que el frío me llena de energía,
energía negra,
pesada
un aliento gélido
mano polares
ojos hundidos
dientes rechinando...

¡BASTA!

Despierta el demonio,
es Lilith clavándole una espada a la luna
hiriéndola de muerte,
destruyendo su hogar,
asesinando a los pájarillos azules con sus dedos
bebiendo su sangre inmaculada,
quemando la cabaña y echando madera para avivarla,
madera hecha del árbol que daba abrigo
y que en épocas de paz
servía para divisar desde su copa la llegada de aquel foráneo.

¡REACCIONA!

Es ella,
el demonio despierto con sed,
sed de muerte,
de venganza
bañándose de dolor,
de ira reprimida que vomita a cada paso.

El tiempo se paraliza,
Venus y Marte se aterran,
Júpiter y Saturno la contienen
La Tierra llora amarga
Mercurio pide ayuda
Neptuno, Urano y Plutón ruegan paz.
Silencio...

¡SILENCIO!

Silencio de ultratumba en el universo.

Lilith cae rendida,
el cuerpo se transforma en una masa conocida,
cabello negro, labios rosa,
cuerpo de seda, pupilas dilatadas,
una risa macabra se asoma
lágrimas caen ablandando la tierra
solo queda hundirse con ella,
desaparecer
y luego florecer.

¡HA MUERTO!

El universo está de luto,
la luna está muerta,
el hada de los sueños se esfumó,
el viento gélido regresa y sepulta su cuerpo.

El verdugo da sus palabras finales,
lanza el primer girasol a la tumba y se va,
llevándose entre sus manos un frasco,
aquel frasco que Ali en la Luna cuidaba
esperando cada atardecer en la ventana
el regreso de su foráneo
para vivir por siempre felices,
de aquí a siete mil millones de vidas más.

VIDAS

Un pequeño rosal emerge de la superficie,
un par de hojas esperan ser regadas,
su sed es de esperanza,
esperanza de ser rescatada por Zeuz
y la protega de aquel foráneo que la volvió Lilith.