Día 34 - Errante

Un día en tu vida es tan importante como la preparación mental/psicológica/corporal que haces para ser parte del evento más importante que puede determinar tu destino para siempre.

¡Hey! Cómo están todos, sí, aquí estoy de nuevo, Ali, Ali en la Luna como me llaman o simplemente Ali, la mujer alienígena de corazón inquebrantable. Han sido 7 días de silencio, de reacomodo mental, de respirar y avanzar como se debe. De reorganización. De ver lo que la vida me trae, de apreciar cada detalle que existe en este mundo y valorar cada respiro para darte un impulso y seguir. No puedo negar que estuve melancólica, desde hace 4 días ando soñando lo mismo, extrañándote, sí, extrañándote mi estimado amigo errante. Se preguntarán quién es esa persona a la cual he mencionado en los últimos dos años en este blog y motivo - además - de casi todos mis posts más leídos por si fuera poco. Pues mi querido lector, a veces creo que la vida depende de las decisiones que tomamos, no puedo negar que aún vivo con el corazón destrozado, hecho añicos, triste y sola por las noches mientras esté errante vaga por el mundo haciéndole creer a una nueva persona que es el amor de su vida mientras tiene a otra persona que la espera en casa. ¿Terrible, no? Sí, alguna vez fui parte de un triángulo amoroso del cual salí dañada, dañada de la peor manera posible, con marcas en el alma que serán imposibles de borrar porque a veces mi querido lector, cuando amas de verdad a una persona y le entregas todo a cambio de nada, tu perspectiva de la vida cambia por completo.

Yo tenía a alguien, me enamoró, quedé perdidamente enamorada, embobada, ciega, sorda y muda (como la canción). Sin embargo, hubieron muchos temas de por medio que me mantuvo dentro de un círculo vicioso del cual - insisto - gracias al aviso de una amiga mía, me alejé y ahora vago en el aire en búsqueda de respuestas sin resolver. No puedo negar que a veces tengo celos querido lector, celos de las parejas que hay en la calle, de aquellas que se juran amor eterno y la vida entera. Me gustaría que eso me suceda alguna vez. Debe ser bonito. Sentir eso que te envuelve de repente cuando lo miras a los ojos y tocar sus manos para sentirte segura, jurar que todo estará bien, que las cosas que ahora pasan algún día se solucionarán y que esta es solo una de siete mil millones de vidas más.

Ay mi querido lector, perdón por la cursilería o esta confesión personal, pero hay noches cómo hoy donde una nueva estación se acerca y solo temes a que el verano llegue. Un nuevo verano. Un maldito verano donde debes ser fuerte, madurar y alzar la mirada porque cada lágrima que brotan de tus ojos Ali en la Luna, es una señal de que cada herida está sanando de a pocos.

No seré bella, ni tendré una dote familiar de alto rango, no seré una profesional que se luce con miles de títulos ante el mundo o viaja a otros países. Soy de origen humilde, del barrio, mi barrio es mi hogar, soy la flor que crece y florece en la adversidad, mi lema es la perseverancia y mi bandera es la fe, la fe que mueve montañas y que algún día cercano me hará ver que no estoy tan sola porque tengo a mis amigos y familia cerca.

Oh melancolía, aparta de mí este cáliz de pesar y dame de tu vino de la alegría, devuélveme el tiempo perdido para no volver a llorar por las noches pronunciando su nombre, aleja de mi esta soledad, borra de mi alma todo dolor y humillación sufrida. Y regrésame a ese ángel que se fue un 15 de abril a las 06:00pm, no quiero más soledad. No más dolor. Oh melancolía aparece de nuevo mi felicidad, el precio que he pagado ha sido tan grande pero antes de irte hazme un favor. Dile a ese errante que va por el mundo que siempre lo amaré, así se ría o el mundo se burle, pero cuando una ama de verdad, es capaz de sacrificar lo más preciado a cambio de verlo feliz. Sí, aún lo extraño pero mi amor propio puede más que nada en este mundo. Aleja de mi cada lágrima y dibújame sonrisas al amanecer.

- Ali

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