Día 17 - Blogueros

Hoy no sabía de qué escribir, o era contarles el día del mal que tuve en términos sentimentales o lo neutral que fue ir a matricularme a la universidad y enterarme que mi profesor favorito había fallecido. Por ambos lados, todo terminaba mal y por ende, no quería escribir en negativo, pero cómo es la vida, solo bastó abrir un mensaje de Facebook Messenger y darme cuenta que un amigo mío me lee, y no solo me lee, él también escribe ¡y tiene un blog! ¿Se imaginan? Por fin uno de mis amigos tiene un blog como yo, sólo que en su caso, escribe una o dos veces al año.

El caso es simple: leerlo me volvió a abrir el corazón, saber que hay personas en este mundo caótico que mantienen su sensibilidad es hermoso, es un tesoro y es algo que se debe de mantener para la eternidad. Es por ello que hoy hablaré de mi inspiración, de mi ser, de mi, de Ali en la Luna.

¿Cómo empezó este blog? Hace unos 11 años aproximadamente, como un juego, una salida a tanto conflicto de adolescente e inmadurez. Tener 16, no haber ingresado a la facultad de medicina en San Marcos, seguir estudiando en Pamer para pasar el rato y barajear a mi mamá con su necedad de que "su única hija debía estudiar medicina o algo de administración para mantener el honor de la familia". Tonterías aparte, esta niña solo quería una cosa: estudiar arte. Así que leyendo, investigando más, preguntando llegué a la conclusión de crear mi blog y sí que me resultó. Años después me di cuenta que "Ali en la Luna" se convirtió en un espacio personal que debía ser como una casa, con sus muebles, sus ventanas, cortinas, chimenea, un lugar acogedor y calientito para las noches de invierno pero fresco y seco para los amaneceres de verano. Eso es este blog y me siento feliz de escribir aquí.

Sin mayores preámbulos, les dejo un escrito a lo que están acostumbrados mis lectores desde el 2007, aquí les va y con esto me despido hasta mañana. Las novedades aún no acaban.

Gatos

Es casi cósmico,
sutil y enigmático
la forma en que te envuelves entre mis piernas luego de luchar a muerte,
tener miedo,
tiritar y jalar de tu barba
al borde de un ataque de pánico,
maldita ansiedad
cómo malogras mi momento de ensueño.

Un gato maulla en la oscuridad,
tú pides silencio mientras quedo quieta abrazada a tu espalda grabándose tu aroma en mi mente,
yo me río y corro en su búsqueda
aquel felino casi al amanecer va a nuestro (tu) lecho,
me mira juicioso mientras duermes
se acerca sigiloso
huele mi perfume
vuelve a examinarme
se estira mientras mueve su cola lentamente y se acurruca en mi muslo
tú no te das cuenta,
pero ese pequeñín quería eso
amor,
pero no un amor excesivo
sino ese amor liberal
lleno de aire, vida y libertad
dejando un espacio para escapar de la realidad
mientras das un paso adelante.

Maldita sea la hora,
yo no quería confiar en nadie
menos ilusionarme con otro cuerpo
ni embriagarme con otro aroma,
solo buscaba sacarme esta mochila
pero en el camino encontré a un ser tan igual a mi
tan vulnerable y bello por dentro
tan sensible y lleno de arte
tan solo...
tan solo tú.

Maldita sea la hora,
estúpida ilusión,
sal de mi mente,
no quiero más químicos cerebrales,
que al dar un paso más creo que caeré en la locura.

- Ali

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