Dia 23 - Lluvia

Hola diario, hola mundo, hola a todos. Aquí en Lima son las 00:16 horas y hace frío, demasiado frío, lluvia de invierno que inunda las calles y me transporta a la libertad. Hoy me encuentro de mejores ánimos, más clara y precisa, no se trata de definir en una sola palabra mi estado sin embargo me ayuda a tener los pies fijos en la tierra para tomar decisiones drásticas y que tendrán consecuencias a futuro. Hoy renuncié al cargo que llevaba durando los últimos dos meses, digo dos meses porque no he descansado ni un día.

Dentro de ese contexto, surge la pregunta ¿Será el fin de mi carrera profesional? ¿Estaré segura de que esto marcará un antes y después en mi vida? ¿Es bueno cerrar etapas? No, sí y sí. No es el fin porque aún a mis 27 febreros estoy llena de tanta energía e ideas que debo canalizarlas para elaborar mi propio proyecto. Sí, si marcará un antes y un después en mi vida porque tenía la gran inseguridad de no saber hasta dónde era capaz, ahora lo sé y hay que poner manos a la obra. Finalmente otro sí, porque es bueno cerrar etapas, es favorable para crecer, para avanzar en un mundo dondea vida te da a veces la espalda y tienes que seguir moviéndote, con el viento en contra o cómo lo desees; el cielo y el universo es el límite.

Punto aparte a este suceso laboral, anímicamente estoy en modo automático. Mi cuerpo pide descanso y tranquilidad, el estrés me ha pasado cuál tractor sobre mi y tengo que disipar mi mente. Además, la última semana me llevé una pésima noticia y fue mi expulsión del elenco de baile. A decir verdad lo veía venir, no porque quiera, sino porque escuchaba ciertos comentarios que en vez de ayudarme a seguir, me bloqueaban. Un ejemplo fue el siguiente: "ay, ahora que ya estás con los periodistas vas a ser famosa y te vas a olvidar de tu origen". Me reventó. Me llenó de rabia oírlo y por eso me alejé haciendo cura de silencio, después de una serie de acontecimientos que me impedían reunirme con ellos, y con la directora en especial, (sí, era el trabajo) ella decidió sacarme del chat de WhatsApp porque ya no aportaba nada en sí. Y tiene razón, yo ya no tenía nada que aportar a un grupo que no comprendía mis ideales. Soy sincera, odio a las personas que fingen entender a los demás y se 'cansan rápido', para después tildarte de dramático o 'todo te lo tomas a pecho'. Mis estimados, no todos somos iguales y las energías de las personas si no congenian, pues no congenian y hay que darse la vuelta.

Hoy escribo convaleciente de un día donde he pasado con 38° de fiebre, efecto de la vacuna antitetánica que me suministraron por la mordedura del perro, luego solucioné mis pendientes y me di un descanso. Lo necesito, tengo que dormir y soñar para mañana despertar y poner en práctica todo.

Lo bueno se construye de a pocos y esta vez la vida me está dando una gran lección que no desaprovecho.

-Ali

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