Día 18 - Cojones

Hola a todos, ¿pueden creer que anoche llegué tan cansada a casa que lo primero que hice fue darme una ducha y caer en un sueño profundo sin recordar absolutamente nada? Sí, hay días donde el cuerpo no puede más y te dice: basta, modo off. Apagas todo y la máquina corporal hace su trabajo. 

Hoy nuevamente me amanezco trabajando, vida de periodista le dicen, sin embargo es por estas horas donde nuevamente llegan a mi los demonios de la incertidumbre y la desesperación, esos fanáticos vestidos de dulzor que se apoderan del pensamiento y te hacen flaquear. Hoy lo viví, hoy lloré amargamente por tercera vez en un entorno que considero mi segundo hogar, mi trabajo, mi templo, mi lugar donde puedo desenvolverme como profesional continuando creciendo a paso lento. 

Sacando un poco el foco de atención en mi perfil de periodista en formación, tengo que confesar algo muy importante: estoy agotada. Agotada de todo, de las malas noches, del estrés, de los gritos, de las llamadas de atención, de los egos que te atacan, de las malas caras. Solo quería experimentar lo que era ser periodista de investigación, mi sueño frustrado hasta ahora; sin embargo, esto no me amilana y no me deja de creer en un mejor mañana. Sí, positivismo absurdo a la redonda. Positivismo positivo - valga la redundancia - y del bueno, aquel que te envuelve como una nube mágica cual unicornio vomitando arcoiris y te transporta al mundo de ensueño de Los Cariñositos. Un poco infantil pero cierto.

Es simple, quieres ser periodista en cualquier parte del mundo, te debes tragar las palabras y ser fuerte, sacando cojones de donde no tienes. O te formas, o te formas.

Son casi las 02:00am aquí, seguimos trabajando el equipo que queda elaborando gráficos, textos, enlaces web y posts de Facebook y Twitter para el lanzamiento que tendremos el domingo a las 08:00am. Todo puede sonar color de rosa pero nadie se atreve a revelar la verdad, es un trabajo que cansa, donde te arriesgas a recibir las peores críticas mientras te aguantas las lágrimas sin rendirte. 

Tomemos este escrito como el pendiente de anoche, créanme que el sentimiento es similar, en el siguiente les contaré la otra parte de la historia. El trasfondo

-Ali







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